Ooo
allí
donde todo se ha agotado
comienza
a escurrir un gesto que se incendia
es
un chipazo que gotea
nutriendo
y
entibiando
el
resquebrajado lomo
de
lo supuesto,
apaciguando
la
fatigosa carga
de lo obvio.
Ooo parece que dijera
lo inesperado enraizándose
en el cuenco de la boca.
Ooo le llueve desde las manos
hacia el dorado brillo que lo emboba:
en el centro de lo previsto
de lo obvio.
Ooo parece que dijera
lo inesperado enraizándose
en el cuenco de la boca.
Ooo le llueve desde las manos
hacia el dorado brillo que lo emboba:
en el centro de lo previsto
le
viene creciendo
el
asombro
y ya no hay forma
de tantear un nombre viejo
para
decir el misterio.
y ya no hay forma
de tantear un nombre viejo
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